Código postal

Le escribo la presente para informarle que no he dejado de escribir sobre usted.

Veníamos de a poco reciclando algun abrazo tierno, el plástico con los besos y las sonrisas con el papel, decidiendo reutilizar el sentido cariñoso que me ofreció una lejanía y que decidimos guardar por pura terquedad. Creamos un método sofisticado para acumuladores de espacios rotos, manual epistolar de negaciones oportunas para porvenires desaforados, por si un motivo nos hace ruido, por si las ganas se alinean con un futuro positivo e inmediato.

Debo contarte que te escondí y casi no te encuentro, detrás de una luz, donde casi nunca me atrevo a ver. ¿Te gustaría decidir creer que mañana iremos a bailar? Aqui las tardes no son tan fotogénicas y me avergüenza no tener una para ti, no tengo tiempo libre y en ningún lado nos dejarían bailar descalzos.

Le escribo la presente para hacerle saber que los presentes no se superponen a los pasados en la lógica de los pesimistas.

Las promesas son un código inexacto, la costumbre es una postal futurista de lo imposible ¿A dónde envío esta correspondencia si tú código postal son promesas que de imposibles ya se acostumbraron a ir de mano en mano?

He vuelto a bajar la cabeza en señal de respeto a quien decidió no ser parte de esta conjunción distopica de anhelos marinos en tiempo de vals. Son las olas en mi cabeza un código extraño para quien decide ser una ciudad, es el cansancio una postal atemporal de lo que ha dejado de ser ¿A quien escribo esta correspondencia si es mi código postal una ciudad extraña cansada de verme llegar?

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s