No quise sentirme en casa

Disculpe, ¿Puede hacerse a un lado? Es ese mi rincón y usted no tiene derecho a decirme cuanta luz puedo dejar pasar. Puedo venir más tarde si juras que ya no estarás, puedo sonreírle luego a todo rastro de tu presencia en cualquier vértice habitable. No hay más que una silla en esta casa, así dos no pueden comer juntos en la mesa, así nadie corre el riesgo de creer que esto durará más de lo esperado. Disculpe ¿Puede decirme por que lleva en el pelo las flores que estaban en ese rincón? ahora que todo huele a eso que no entiendo, déjame contarte cuántas veces supe alejarme de una ventana… Por favor, no puede vaciar ese florero, tampoco echarle agua, deje todo cómo está y, si quiere quedarse, le pido que construya su propia ausencia sin girasoles ni orquídeas, sin un lazo verde, sin pajaritos de papel, con la misma canción de siempre, con una despedida posfechada… Disculpe, he comprado una cafetera para dos, y por eso me disculpo, nunca fue mi intención sentirme en casa.

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