Me he vuelto un acumulador de mañanas frías, aquí no huele a mar, aquí no se escuchan las olas, a veces un tren de carga pasa, hace ruido y me emociona escuchar los ruidos de un mundo momentáneo que se estremece, siento en el pecho las vibraciones de unas vías que inesperadamente soportan la carga de su destino, cuando las vías y yo conversamos viven llenas de pasto, pareciera que ningún tren nunca pasó por ahí, entonces yo trato de parecer que ningún tren pasó por mi, también me lleno de pasto. Es la soledad esa indiferencia que siento al escuchar que estoy muy solo, siendo yo el que lo dice, el que lo canta, entonces es la soledad esa canción que dejé de sentir, cuando el hombre canta y aun así es capaz de sentir toda esa gente que está a su alrededor, justo en ese momento el hombre comenzó a estar muy solo. Las mañanas frías me acumulan, me lanzan compacto al mundo, denso de sentido, de razones incomprensibles para un soñador compulsivo, estoy lleno de pasto y es la soledad un vértigo esperado, ningún tren pasó por aquí, no es esa promesa enorme que nos hicimos a nosotros mismos cuando prometimos no llorar. Entre todas las cosas siempre preferí encontrarme contenido entre un par de brazos, ¿nunca te han dado un abrazo en Buenos Aires a esta hora? Es la soledad encontrarse en la única parte del mundo donde nadie necesita de tu abrazo.
Hasta ahora el leerte me había traído al cerebro una serie de ideas, cuestionamientos, dudas existenciales y análisis de esos locos que siempre hago, algunos muy a mi estilo como «está hablando su ascendente libra», «esto es taan virgo». Hoy entraste directo a mi alma, me helaste la sangre, te alojaste en un cajón que tenía muy por mis propósitos escondido, lo despertaste y comenzó a florecer. Hoy me has ocasionado más que pensamientos, emociones y es el mayor mérito de cualquier escritor. Si bien mi respeto y amor lo has tenido desde hace tanto tiempo que no podríamos ni recordarlo, hoy comparto contigo el sentimiento que quizás no planeaste pasmar, pero que sin duda lograste expresar. Hoy mi alma se llenó de pasto y siento que escucho ese mismo tren de carga, hoy siento tus abrazos más lejanos y lejos de analizarte, logré sentirte aquí a mi lado. Un abrazo mi compañero de letras y emociones.
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Por aquí sintiendo tu abrazo en todos los planos posibles, gracias por leerme y sentirme desde donde viene tanta cosa. Te amo mi Yola.
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